¿ABONO O FERTILIZANTE? LA INGENIERA QUE DESPEJA EL GRAN MITO DE LA AGRICULTURA URBANA

En entrevista para el programa ´Eco Huella´ dedicado a la agricultura sostenible, la ingeniera agrónoma Paola Blanco, egresada de la Universidad Nacional Agraria La Molina, explicó la diferencia entre abonos y fertilizantes, un tema que suele generar confusión entre quienes practican la agroecología o cultivan huertos urbanos.

V.E.S.
Categoria : Local
Fecha de publicacion : 28 de octubre de 2025 a las 03:09 p. m.
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Fuente : Foto/Radio Stereo Villa

En entrevista para el programa ´Eco Huella´ dedicado a la agricultura sostenible, la ingeniera agrónoma Paola Blanco, egresada de la Universidad Nacional Agraria La Molina, explicó la diferencia entre abonos y fertilizantes, un tema que suele generar confusión entre quienes practican la agroecología o cultivan huertos urbanos. Blanco aclaró que los abonos mejoran la estructura del suelo y promueven la vida microbiana, mientras que los fertilizantes —ya sean naturales o sintéticos— aportan nutrientes de forma inmediata. “El abono prepara el terreno, mejora su capacidad de retener agua y aire, mientras que el fertilizante actúa como un refuerzo rápido para cubrir deficiencias nutricionales”, precisó.


Durante la conversación, la especialista destacó que el compost es una base fundamental, pero no suficiente para cubrir todo el ciclo de nutrición de las plantas. “El compost aporta microorganismos y estructura, pero no todos los nutrientes que requieren cultivos como lechugas o espinacas, que necesitan alimento rápido”, señaló. En ese sentido, recomendó complementar el compost con biofertilizantes líquidos como el té de compost, lixiviados de humus o biopreparados naturales, que liberan nutrientes de forma más eficiente.


Blanco también insistió en la importancia de observar las señales de las plantas: hojas amarillas, tallos delgados o crecimiento detenido son indicios de deficiencia nutricional. “No se trata de echar más compost o más abono, sino de entender qué está necesitando la planta”, advirtió. Asimismo, alertó sobre los riesgos del sobreabonamiento, incluso con productos orgánicos. “Pensamos que si un poco ayuda, más ayudará, pero no siempre es así. Un exceso puede dañar las raíces o alterar la microbiota del suelo”, indicó.


Sobre las distintas etapas del cultivo, la ingeniera explicó que en la germinación y el trasplante se pueden usar bioestimulantes naturales, como la infusión de lentejas, que favorecen el desarrollo de raíces. En la etapa de floración, recomendó productos ricos en fósforo, potasio y calcio, que pueden obtenerse de preparaciones caseras como infusión de ceniza, cáscaras de plátano fermentadas o extracto de cáscara de huevo con vinagre. Y en la fructificación, añadió, es clave aportar boro y aminoácidos para fortalecer el cuajado de frutos y evitar su caída prematura.


Respecto a la elección de productos del mercado, Blanco aconsejó leer las etiquetas y conocer la composición real de los biofertilizantes. “Hay que preguntarse si son 100% orgánicos, para qué etapa están diseñados y cuál es la dosis recomendada. No todos los productos naturales sirven para cualquier fase del cultivo”, subrayó. Recordó además que la aplicación incorrecta de hormonas o bioestimulantes puede provocar el efecto contrario al deseado.


Finalmente, la experta resaltó que el verdadero secreto de un huerto saludable no está solo en alimentar a las plantas, sino en cuidar el suelo, mantener su equilibrio y fomentar la vida microbiana. “El suelo es el corazón del huerto. Si está vivo, las plantas estarán sanas”, concluyó Blanco, animando a los huerteros urbanos a combinar distintos abonos naturales, observar constantemente sus cultivos y apostar por prácticas que respeten el ciclo de la naturaleza.